Aquí hay algunas respuestas de personas que han utilizado el plan ya sea individualmente o en grupo:

Esto es lo que me encanta del programa: garantiza que sigo buscando, aprendiendo y compartiendo sobre mi fe. No parece un "programa". No es un enfoque único, porque cada uno tiene una relación única con Cristo. No es abrumador. Está lleno de ideas, preguntas para la reflexión y sugerencias prácticas para profundizar la relación con Jesús y comprender lo que significa ser el Cuerpo de Cristo.

He aprendido que con cada decisión y acción hago la diferencia. He aprendido que mi verdadero trabajo no tiene nada que ver con mi trayectoria profesional, sino con cómo soy Cristo en el trabajo. He aprendido que, dado que todos somos la Iglesia, estoy llamado a ser un miembro activo de mi familia parroquial. He aprendido que Dios me necesita.

-Jenni

Si bien podría llenar páginas con la increíble experiencia que es este programa y hablar de lo que he aprendido o lo que me han revelado, me voy a centrar en un punto: el cambio. No soy el mismo. He cambiado. Y el cambio para mí es tomar la acción para conocer a Dios de una manera más profunda. Puede que haya querido conocer a Dios más profundamente en el pasado, pero ahora estoy dispuesto a comprometerme a tomar medidas para conocerlo más profundamente. Y el programa de crecimiento [Inmersos en Cristo] ha sido el motivo del cambio.

-Patricio

Me hizo mirar más de cerca las formas en que vivo (y las formas en que no vivo) mi fe cristiana. En lugar de regañar o "hacer listas" de "cosas que hay que hacer", hablaba de los obstáculos a la acción y animaba a superarlos.

-Anónimo en Rockport, TX

Me ha proporcionado material que aplicaré por el resto de mi vida.

-Anónimo

Creo que esto [los folletos y las tarjetas] es una de las partes atractivas del programa, que todos pueden participar incluso si sienten que no tienen tiempo para leer el libro. Lo que creo que es importante es crear una comprensión común de la vida cristiana y tener un vocabulario común. Cuanta más gente lee los folletos, más unidos están.

-Un pastor

Tres casos de éxito:

Una mujer empezó a sentirse culpable durante el programa porque había comprado un vehículo grande y moderno. Se dio cuenta de que lo había comprado por motivos equivocados y que en realidad no daba testimonio de Cristo. Ella decidió que en lugar de simplemente deshacerse de él o no hacer nada, le daría al vehículo un uso que sí diera testimonio de Cristo. Comenzó a recolectar donaciones de alimentos y a entregarlas al banco de alimentos local y comenzó a compartir el auto con los niños de la escuela a pesar de que no tenía hijos.

Otra mujer tenía 93 años y vivía en un asilo de ancianos. Alguien la visitaba cada semana y le llevaba los folletos. La mujer comenzó a sentirse frustrada porque sentía que no podía hacer nada en respuesta al programa. Finalmente se dio cuenta de que podía caminar y podía ver lo suficientemente bien como para leer. Había otros pacientes en la misma casa que no podían. Comenzó a visitar a los ciegos y postrados en cama, leyéndoles y simplemente charlando.

Un grupo estaba formado por varios miembros que no estaban contentos con el párroco porque la parroquia no hacía mucho por los miembros hospitalizados o confinados en sus casas. Después de algunas semanas del programa decidieron que debían confrontar al pastor sobre el tema. Continuaban con el programa y antes de confrontar al pastor decidieron que deberían estar dispuestos a ayudar. Cuando completaron el programa y fueron a ver al párroco, pudieron decir: "No creemos que hagamos lo suficiente como parroquia para los enfermos. Nos gustaría ayudar. ¿Qué podemos hacer?" El pastor estuvo de acuerdo en que el ministerio a los enfermos necesitaba mejoras y estaba emocionado de que algunas personas finalmente estuvieran dispuestas a ayudar.